#3. "Hijo del aire, hijo de nadie"



















Hijo soy de aire que me pariera
y del sin destino que recorre mis pies.
Crecido con migajas de infortunio,
de matojos sin cátedras de olvido.
Hijo soy del mi mismo en el espejo irreverente,
de mis manos cansadas y bolsillos rotos.
Hijo del tiempo en prostitución.
De la apostasía de dos “Ser” sin mente
que naufragaron en el navío de su indecisión
y al igual que yo, en cuerpo sin alma
en el adiós y hastío.
Hijo soy de luz que se apaga,
La que acoge mis gritos bajo su manto oscuro
y cuida de mí ante mis peores temores.
Hijo soy del aire que me pariera
del mismo que espera en lo eterno
el arrebato de mi último suspiro
para saciar su sed de muerte,
su sed de venganza rencorosa.
Hijo del destino de muerte, seré.
si no levanto mis pies y mi rostro acongojado.
Cabizbajo Si no declaro mi honra ante un futuro
que no me espera para seguir sonriendo.

# 2 Perdonen si he errado.
















Perdonen si he errado,
pero sin entender
los misterios de la vida
ha pasado mi juventud.
Aquí como me ven, sonriente
también padezco soledad
y lloro a ver niños con hambre
construyendo descalzos
un futuro incierto
por las calles angostas
que erigio mi patria
ante lo subordinado.
Aquí como me ven
cortaría mis venas tricolor
por tan solo ver que de mis manos
crece en ellos una sonrisa de felicidad
y no de mentira para ocultar sus dolencias.

‎" Un compañero para tu soledad"



Perdona la hostilidad de mis rosas.
de sus hojas afiladas y sus espinas puntiagudas.
Mi intensión sólo fue endulzarte el alma con su aroma,
"NO" encender iracundo tu dolor;
aquel que secuestras detrás de tu sonrisa
y tu manera sutil de decir que no tienes nada,
cuando te preguntan y volteas la cabeza.

Perdona la hostilidad de mis palabras.
Que claras y certeras han lastimado
cierta herida clandestina en tu pecho;
Pecho que contra el mio se estrella
y comparte en un sólo latir de corazón
lo que sientes,y lo que siento en mí
al escucharlo estrepitoso.

Perdona si las dermis de mis dedos
tu frágil cuello han lastimado.
Si has llegado a mí, con tu rostro cabizbajo
que colmado de delirios e historias
se ha recostado en mi regazo
y has profanado con tus lágrimas mi piel,
y cada tejido que conforma mi cuerpo
en busca de calor para tu frío,
en busca de una compañía para tu soledad,
en busca de caricias para tu necesidad de amor.

El asesino de si-mismo.




















Cuando el asesino regresó ya el muerto no estaba allí,

 y se cabrio al no encontrar el cadáver supuestamente  donde lo había dejado tirado.
-Pero yo disparé directo en la sien. Decía el asesino, una y otra vez mientras la interrogante se le esparcía en la cabeza. Los retratos y enseres estaban estupefactos con el acontecimiento, porque ellos vieron el suceso y entre sus cuerpos inertes se deslizaban los chisguetes de sangre y partes del cerebro que violentamente salieron de la sien de aquel que no daba señales de vida. -¡Coño!... ¿Dónde está?. Gritaba el asesino sorprendido, Mientra buscaba en toda la casa y no encontraba rastro alguno. Pero aun tenía la certeza de que su acto fue efectivo al acabar con aquella vida que sin ser ajena a la de si-mismo no se reflejó en el espejo asustado, mientras este se rascaba la herida ciega en la sien, mitigando la idea de que aquel disparo no falló con su encomienda.

¿Quién le encedió la luz?




Condenado a las sombras de los arboles estuvo todo el día, en la espera de que el Sol que le observaba a los lejos se durmiera detrás del horizonte  en el ocaso, y así divagar libremente a su antojo en calidad de ser noctambulo. Pero, murió  como si nunca hubiese  salido de la sombras de aquellos arboles que le salvaran de si-mismo, cuando sus propias manos le mataron al encender todas las luces del pasillo, de regreso a casa.

¡Ness en el lago!




























El monstruo del lago nunca fue tan feliz en la vida.
Aquel día que emigró con el gran diluvio hasta el lago Ness, en Escocia.
Jamás pensó que iba a ser una gran leyenda de atractivo turístico, 1500 años después
en la imaginación de los mortales que  aun secuestran su falsa historia en las mentes débiles de sus sucesores. Sobre aquel caballo místico que sin necesidad de pasaporte, residencia o seguro social, vino del mar y aterró por siglos una pequeña población pesquera que estaban a orillas de aquel gran lago.
Aun su espectro sale en horas de la noche y de vez en cuando en horas del día
a mitigar el miedo que  le provoca  el solo pensar que una fuerte sequía seque el gran lago
 y le robe la fama que ha labrado en siglos sin mover una sola escama.

El Necrófilo

"Él nunca supo que la muerte yacía en su cuerpo"

José era un joven de unos 27 años de edad, y nunca había tenido sexo con una mujer, hasta el día que su tío Manuel  le diera trabajo en la funeraria. Su primera experiencia fue con el  cadáver de mujer de 80 , que  había llegado aquella mañana al lugar, para ser preparada para el sepelio.  A José, les contenían las ganas a ver los cadáveres de mujeres allí desnudos, y se  llenó aquel cerebro vacío de pensamientos morbosos ante lo que veía. En los días que su Tío Manuel salía a buscar los materiales para la funeraria, José se aprovechaba de su ausencia y fornicaba  todos los cuerpos de mujeres que llegaban para hacer preparados mientras su sed morbosa de la que padecia le goteaba más o más  de su lengua. Un día llegó el cadáver una chica muy joven. De uno 17 años de edad y siendo bella como el pétalo de una rosa mantenía su virginidad intacta(descubrió José). Y al ver  aquel cuerpo angelical allí acostado no desaprovechó la oportunidad y lo hizo suyo una y mil veces en  el tedio del tiempo. Cuando Manuel llegó vio allí el cadáver desnudo, encima de la mesa de preparación y a José a un lado medio asustado al ver la expresión que Manuel había adoptado con lo visto. José no sabía que decir y le dijo que estaba empezando a preparar el cuerpo para cuando llegase Manuel tuviera menos trabajo que hacer.

-             Como es la vida, no! Decía, Manuel.
-             Así es! Respondía, José.
-             Que joven ella y murió de una extraña enfermedad muy                                                contagiosa.
-             ¡…Ah bueno!. No sabia. -dijo José tragándose el día de su muerte. 

# 1. La dolencia que recorren mi patria















¡Oh tierra mia!,  tal vez en ti
 labro inciertamente  mi porvenir.
A ver caer en tu vejez la juventud
de aquellos rostros desmesurados
que recorren tus calles de esquina a esquina.

Juventud y niñez; niñez sin juventud
que venden su sonrisa
y una que otra mentira que corroe en sus bolsillos
las monedas de papel
que no curan  las yagas ulceradas en sus vientres
y  el des-porvenir que labran con sus manos
 ya débiles y menguadas.

Déjame venderte mi sonrisa, claman con los ojos.
Para que la mísera paga que labran en las conciencias
sea el bienestar de lo sufrido,
de lo vivido, y lo soñado.

Yo , que a distancia les venero
y no dejo de pensar en ellos
al sentirme sumergido en su piel plegada de tardes negras
y  en su caminar de noches largas.

Es la dolencia de sus desventuras,
que me condenan al hastío, y a las cicatrices
que de punta a punta erigen en sus sonrisas.
 a fuerza de no gemir, de alegria y de Dios.

Déjame lustrar tus pies niño desventurado.
Y ver en ellos la condena que cicatrizas en tu rostro
que anheladamente mira la blancura de mis codos y rodillas.

Déjame cubrir tus heridas con el telar
de lo que fue  mi inocencia,
y con lo poco de mi buenaventura
envolver tus pies descalzos.

Perdido en el camino incorrecto.





"La imperfección es parte del hombre y de todo ser humano que se ha de creer perfecto"


Esto comprendí cuando me torné indispuesto en seguir en aquellos caminos baldíos detrás de ti.


 Había una vez un pajarillo perdido ... ¡Mentira!
En realidad  yo  soy  el que estoy perdido, y busco las vías que me indiquen el camino para llegar a ti.
 Si al menos hubieses imaginado que haría todo por encontrar eso que ando buscando en mi largo trayecto detrás del tuyo, no te hubieses puesto tan difícil y desaparecer al ultimo momento cuando pensé encontrarte.
Solo  quería tropezarme contigo para decirte tantas cosas,  pero como no se puso aun te busco  y hago lo imposible para encontrarte.
Qué piensas que daría por al menos tener la certeza de que te busco por el camino correcto.
 Qué caballero que  daría su escudo y su armadura por encontrar la victoria en guerras perdidas. O el  esclavo  ¿Qué daría por su libertad? Rompería sus riendas que lo tiene condenado a su servidumbre. Su pudiera daría su honor hasta su vida por tan sólo probar el dulce sabor de la libertad.
Y el indigente que no tiene nada ¿Qué daría?  Si solamente lo acompañan  lo que resta de su vida
y sus miles de ilusiones, sueños rotos, dolores y  desgracias. Sé que ha de ofrecer el cielo y estrellas que no posee, ya que de todo lo poquito que tiene al menos conserva valor en esta tierra  y depende de la limosna  de los demás.
Tengo por entendido que  no existe perfección , aunque haya personas que darían todo por ser felices en la vida aunque carezcan  de otras cosas.
No se que llegará a pasar o cuál seria mi primera reacción si te encuentro en este camino perdido,
 que detrás de ti busco una felicidad que siempre quise  y encontrar en ella un amor que solamente he soñado.
Te digo la verdad, tengo instinto de ser mediocre  e ignorante, y me cuentas comprender  el porqué estos  obstáculos( El miedo, tu familia, la pobreza, la distancia , la comunicación  estable que no tuvimos) en el camino con lo que  he estado  tropezando me han desviado lentamente de tus pasos que desde que salí detrás de ti  ya no son tan precisos. sólo quería ser feliz a tu lado y ese recuerdo hace inmunda mi alma  al recordarme  en cada caída lo difícil  que es tratar de ser feliz en la vida.
Mi  gran anhelo fue estar contigo siempre, pero se me agotaron los recursos de los cuales dependía para mantener firme lo que sentía, y lo que aún me queda con esos apenas puedo conciliar el sueño, comer, tratar  de vivir aunque no tenga sentido está vida. lo poco que queda depende del abastecimiento de la autoestima que emergió con el deseo de estar a tu lado, a pesar de los quebrados obstáculos que el destino reservó para nosotros. Lo poco de cordura que me queda  ha sido abatido con frecuencia por diversos acontecimientos sentimentales que me han estado estorbando en el camino que he estado siguiendo sin rumbo, ya perdido....
Si supieras, cuan  vagabundo interiormente me he convertido. 
<< Solo es mi dolor >>. Lo que merezco por andar  soñando despierto  y no  pensar  que al despertar  solo eras un sueño. La soledad siempre me trae tu silueta y la empalma de la mía cuando menos te recuerdo para hacerme sufrir en aquellos días nublados.
Me a costado soñarte  para vivir, y difícil ha sido cuando creo perder las esperanzas de encontrarte en aquellos caminos  idealizados  en los que ando  perdido, la soledad es la única compañía que me queda al despertar, desde que descubrí que el camino que seguía detrás de ti  no era el correcto...



Data:04-02-2007 . Segunda edición 07-08-2009.  Ultima edición: 03-09-2011

Catarsis del desencuentro






Entre el cavilar y el desvelo que segaba mis noches, entraste en mí secando con tus manos las últimas gotas de rocío que mis ojos ya cansados y saciados de poblar mis mejillas estaban mojando.

Me hiciste creer en el amor, me hiciste creer y nada más. A pesar de que zumbó en mi ventana de principio a fin del mes, cuando se ausentaba la primavera en la piel de otoño que cubría entonces los huesos de este cuerpo frágil y delgado.

Deshiciste mis dudas, todas. Y con tus manos ligeras de plumas en el viento ataste mi pudor a tu puerto para que no navegase más al naufragio ponderado y concebido de aquella libertad errada de la que me liberaste.

Tejiste mis heridas con el poco de esperanza que colgaba en tus cabellos, llenando consigo a mis bolsillos de fortaleza, y ensimismando a mis hombros ya caídos.

Hiciste de mí un dios en el alta de tus deseos; en el frenesí del lecho que amparó nuestros cuerpos diste muerte clara de mí y la inocencia que esperaba por ti. Me bastó tan sólo tocarte eternamente para no dejar de sentirte, de quererte y amarte más todavía. Porque quererte se hizo vida en mi idilio. Porque amarte era parte de mí como el caudal de donde fluía mi sangre y estos versos que propago sobre el papel mojado.

Un encuentro sigiloso en mis defectos desmedraron bajo la manta gris y triste que atormentan hoy mis noches el azul de tus ojos, el carmín de tus labios y el cálido respiro que asentabas en mis hombros tristemente, inconsolable por tu partida en silencio.

Aquí sin ti muero de frío, de largas noches de inviernos, plagados de un itinerante silencio que bate alas desde el sillón donde te recuerdo sentada hasta la puerta por donde te desvaneces al despertar el día, y despierto a esta ardua realidad que me condena al casto amor que te había jurado eternamente.

Tanto había olvidado... La soledad entro triunfante nuevamente como jamás había temido; Escalofriante y porfiada, haciéndose presente como en aquellas noches en las que hiciste ha un lado el invierno que hoy arropa entre sus sábanas de frío incierto este cuerpo inerte y pasmado de delirios.

En la ausencia, en la triste y eminente ausencia de tu amor y la ávida sed de tus besos, condené eventualmente el pensamiento inesperado de tu fugaz y intrépida ausencia, antes de perdonar el exilio de tu recuerdo y asimilar con decoro medido y justo el raudal de incertidumbre que ibas dejando entre las lágrimas que se esparcian por el suelo mientras alzabas el vuelo hacia otro horizonte donde mis ojos ya no podrían verte y mis manos débiles y menguadas podían tocarte.

Cabe decir que aun respeto mi amor por ti, como la muerte respeta tal vez mi deseo por ella y estos versos clandestinos que desde aquel entonces de tu partida flotan por el mar del olvido hasta tus costas. En este ahora, en cada mañana en que despierto sumergido en la fantasía que forma entre sueños rotos tu vive imagen lloro. Lloro sobre la almohada donde no puedo atar para que no naufrague nuevamente el más exorbitante recuerdo que tuyo hiciste mio.

Y es aquí... es aquí la ausencia, la ausencia nuestra, el mar, los barcos de papel, los versos, lo vivido tus besos, mi candor, en la catarsis del desencuentro que no pensamos tener; el punto exacto de tu partida. El punto exacto de mi llegada y de mi muerte. En la espera de tu espera, de tu amor o de tu olvido.

O aquella que no tarda en llegar navegando lentamente en el viento con sus vestigios serenos, su ropaje y su hoz firmada con mi nombre o con el tuyo de encomienda ante mi perenne espera.


Alzheimer

















Cómo  no he de notar tu ausencia si no estás,
Cuando la casa está minada de tu rostro, de tu sonrisa
y la felicidad inerte que ya no hace vibrar mis manos.
No recuerdo si te fuiste
mucho menos si llegaste y fuiste aquella que me daba su sonrisa.
Y si estabas, me duele al no encontrarte más
que una foto que llevo guardada en la billetera.

Aunque no te reconozco para nada
se abruman mis ojos al ver tú sonrisa.
 que ya no está presente
para hacerme recordar al menos tu nombre.

Aunque de vez en cuando lloro de la rabia
porque no recuerdo ni el mio
cuando el vecino me saluda y  al traerme nuevamente
aquellas cartas que no  ha recibo nadie.

Tu olor se ha extinguido de los rincones de la casa
como se ha extinguido el de aquella flor marchita
Que sucumbe  sobre la mesa.

Simplemente olvidé el detalle parpado
del que no estabas porque habías muerto.

Aquí en mi universo de ilusiones y sueños rotos.
simplemente olvidé  que te amé
como así he olvidado el por qué, y a quién
le sigo escribiendo "te amo" en el espejo
 roto que no refleja  ya mi rostros.
.

El silencio de las horas



Cómo puedo sentirme tan sólo?
Tan sólo como el viento
que no cansa de morir con ese entrar
y salir de mis pulmones.

Es inevitable la soledad cuando uno es
como aquel grano de arena en el mar
que el vaivén arrastra con las olas.
Donde en soledad cree encontrarse así mismo
he ignora ser otro grano más de arena
que mueve la marea.

¿Cómo puedo sentirme tan sólo?
Tan sólo como la silueta que
detrás de mi espalda no refleja nada.

"El transeúnte que olía a muerto" (micro-relato)





El matador le dice al transeúnte :
-Toda verdad tiene su precio.
¿Cuál es el tuyo para que permanezcas en silencio?
La verdad que escucha esto, interrumpe en la consciencia del que iba a ser asesinado y en silencio le dijo:
- Ya tu precio ha excedido los limites, a la hora de que digas cualquier verdad nadie más que tú en un espejo roto te la va a creer, porque no eres más que una victima que tiene los ojos bien grandes para mirar y unos oídos bien abiertos que escuchan lo que el silencio ha dejado secuestrado en sus rincones para que así nadie mas que tú lo escuche, como la tierra que cubre aquel cadáver que no ves en ti y nadie más que el tiempo lo verá deteriorar en un rincón oscuro donde solo  el matador y el olor nauseabundo que destila saben donde está. Ya da igual que aceptes o no lo que te ofrezcan, porque no fuiste buscado para esto, tú mismo viniste a ver si te daban al menos una muerte honrada por lo que sabes. Y nadie que tenga una clase social más alta que la que llevas arremangada en el hombro te habrá de escuchar o creer lo que dices como no me quieres crees a mi que he tardado en responder y tratar de salvarte.

"La tarifa eléctrica" (Micro-Cuento)







El bombillo que estuvo encendido toda la vida en el balcón nunca volvió a ver la luz de la luna, después que comenzaron a mandar la factura eléctrica por las nubes.

"La Casa que dejó de ser habitada por fantasma" (Micro-cuento)









Cuando el viento sopló fuertemente, la ventana nunca se dio cuenta de que el clavo que estaba condenado  en la pared iba a romper sus cristales. "¿Quién dejó la ventana abierta?", se preguntaron los cristales rotos. Y los fantasmas que yacían dentro de la casa desde hace años les dijeron en su huida: "¡La libertad, la libertad nos ha llegado!, ¡carajo!"



"Ingenuo, cuál era tu destino"



Cuando Danilo nació  descubrió que la vida era bella aunque no sabia que era realmente vivir.
A los tres años sintió el hambre y el infortunio de sus padres que habitaba en sus bolsillos sin fondo.
A  los diez entendió la pobreza y que esta estaba escrita en las yagas que había en su piel. Comprendió a ver sus pies descalzos y los demás que cubrían los suyos con zapatos que pisaban su sueños.
A los dieciséis comenzó a sentir  un fuerte dolor en su pecho cuando su corazón latía  de amor por una chica  que nunca lo miró por más que suspiró por ella  a cierta distancia.
Danilo  tristemente murió al haber cumplido los dieciocho, cuando el dinero que germinó del sudor en su frente aquel día de estío no dio para la inyección que lo salvara de su desdicha.
Pobre desventurado e ingenuo; Cuál era tu destino niño. Y la suerte que nunca llegó a tocar tu puerta con el tiempo que cicatrizó tu piel, tus manos y tus hombros cansados.
Nunca supiste lo que era estar satisfecho de la vida para contigo mismo y tener el estomago lleno a los cuatro años. 
Nunca viste lo que era realmente la riqueza y  lo valioso que era tu inocencia de niño cuanto soñaste caminar por las playas, dejar tus huellas en la arena y curar tus yagas con las aguas del mar, a los once años.
A los diecisiete, el ser amado y ver que aquella chica sentía algo por ti. A pesar de tu pobreza ella también te quería y no decía nada.
Danilo nunca supiste, jamás te imaginaste  lo que iba a ser de tu vida a los diecinueve, cuando tus padres aun no sabían que se habían sacado la lotería y tú ya no estabas con ellos para cumplir tus sueños antes roto y pisoteado.

En la espera.


Búscame, que aun no me he perdido
por si me volvieras a buscarme.
Búscame en los mismos caminos 
donde dejaste sentando el amor 
que te había jurado en la espera.

Tal vez aun esté allí esperando por ti
aunque ya no sea mi rostro el que veas
cuando me encuentres.

Tal vez sea la libertad de haberte amado
o la esperanza de que regresaría a buscarme 
la que pose aquella sonrisa en mis labios marchitos al momento de volver verte
y tal vez besarte.

Musa boba, como te he buscado.

Siempre frecuenté los jardines, los mares y terrenos fértiles de  versos sin estribillos, y en todo sus alrededores pregunté por ti.      El si te habían visto o si aun te recordaban porque de tal manera yo apenas recordé de que existía cuando lloré la perdida de no haberte sentido antes. Pregunté a los tristes jazmines que hacía tiempo que no mencionaba, como a las amapolas  y  las margaritas del jardín de  aquella señora chilena  que dijo entre sueños que yo era poeta en algún lugar escondido de  mi corazón y no le creía. No detuve mi búsqueda y pregunté a los Picaflores de  Pablo Neruda y Picasso  que pasaban de tu polen por no hacerse Inmortales en tu ausencia. No supieron decirme como estabas ni donde tu cuerpo volátil  pusiste para así  imaginar de cómo eras al menos y que grandes eran tus alas.
Siempre pregunté a los sin respuestas y a los escritos  de Platón y Sinope (ni idea de quien era), pero este ultimo no le pude entender porque andaba  muy borracho como siempre y  Platón ni siquiera me dio la cara porque no fueron sus manos lo que había escrito "Gorgias", pero si su mente la que la idealizaron. Pregunté a las abejas de tu reino, a las puesta y las  indispuestas a trabajar en tu ausencia y con ellos morir si no regresabas. Evidentemente que te perdiste hace poco, porque aun tus abejas obreras estaban vivas esperando por ti, algunas sentadas en tus huellas ya casi borradas y las otras  jugando cartas y contando tus cuentos. A tantos pregunté por ti que no pudieron decirme lo que quería escuchar, solo me repetían lo mismo, que le preguntara  a tu  gran compañero fiel, al de viajes lejanos, al mismo viento con el cual volabas. No vacilé en preguntarle y esperar la respuesta que tanto quería escuchar. Como él sabia de tus historias, idealicé entonces que  sabia de ti y de tu paradero. Ni siquiera se acordaba de que volabas. Tanta fue tu ausencia,  que se había olvidado de ti completamente, me dijo.  Le recordé  tu figura,  la que pude rescatar  de los espejos de las muchachas lindas  que soñaban ser princesas y por más que traté de dibujarte en la arena  no supo decirme en que horizonte comenzó a ignorar tu ausencia y que ya no volabas más a su lado.
 Siempre busqué en los lugares donde nunca te encontré por si volvías. En el polo norte y en el  sur por tus gusto de los helados fríos de Santa Claus. En Dinamarca por las bolsas de valores y la energía eoliptica.En Cancún por las playas y en Sevilla Porque se como te gustaba el flamenco.
Te busqué en lo real de mi recuerdo, en lo absurdo de porque te busco, y en mis pesadillas por si tratabas de asustarme con tu ausencia..
Te busqué  en miles de intento y  nada. Hasta que descubrí que estabas riéndote de mi, sentada en la punta de esta pluma que redacta la historia de una musa boba que andaba perdida.  

“Tan solo seré el tiempo que queda”




















Tan solo soy un gorrión sin nido,
otro sueño descalzo condenado al silencio
y al frío sin abrigo.
Expuesto a los golpes de la vida
y las cicatrices que forja el sin-destino.

Solo soy otra ave desmembrada y sin rumbo,
otra nube solitaria que no llegó a ver caer
la tarde en el horizonte por velar la noche
y quedar dormido.

Tan solo soy el insignificante jirón
que secuestra la hemorragia de un tiempo
con en cual no cuento y es indispensable
para saber si hice bien o hice mal
mientras desconozco al rudimentario
titiritero de la vida.

Seguiré caducando con las horas
de este tiempo que se escapa por la cicatriz
y el sudor árido de aquel reloj de arena
que marca la condena que aun no a terminado.
Al pagar sin consumir la apostasía de dos sin mente
y por el pecado de haber nacido sin nido,
sin abrigo y sin  inculcados valores.

‎"Llevo aun tu sonrisa en mis bolsillos"















Muero en tus recuerdos,
en ese pequeño espacio
donde yacen nuestros ayeres.
Muero en el silencio de tu voz
donde ya no vive y trasluce el nombre
del que te hacia sonrojar las mejillas
con sus besos...
aquellos tiernos besos
que otros ajenos no han podido borrar
de tus cándidos labios.

Esos labios turbados
que tanto tiempo fueron míos
y hoy olvidan mi nombre
y me escupen al olvido.

Muero al recordarte
 al herir tu más tibio recuerdo
cuando ya no lo mereces;
cuando tu pasado se hace presente
al ver que en  tus fotos aun sonriendo para mi
 florecen en la billetera.

Ángel de pies descalzos


Poema del libro: "Corazones con esperanza"

Duerme, hijo de la luna,
mientras la noche silente canta
una hermosa canción de cuna.
¡Duerme...! Que las estrellas
calentarán el frío nocturno
que has de sentir al dormir desnudo;
no te preocupes que los árboles crearán
las mantas que arroparán tu cuerpo mutilado
por las cicatrices que la vida
ha dejado en tu piel,
al tratar de buscar
esos deseos y sueños,
detrás de unas monedas de plata
que pagan el valor injusto de tu niñez.

Duerme...
Mientras el aire
fresco de esta noche
susurra en tus mejillas
la caricias que no has de sentir,
hijo de nadie;
abandonado por tu antepasados
y recogido por mis brazos.

¡Duerme!
Que mañana será un nuevo día
y tendrás que pintar en tu rostro alegrías
para tener a mano el pan a la merced
del resto de tu caminar.

¡Duerme!
Mientras yo estaré aquí susurrando
la canción más bella del mundo
para que duermas feliz,
observándote dormir
con gran devoción,
vigilando tus pasos
para que nada te pase,
hijo del sol,
ángel de pies descalzos.

Junior Lora Fernández
(República Dominicana)

¿?





La ultima sombra es la que no vemos venir
la que entra por nuestras bocas
y nos roba un nuevo amanecer.
La que deja que hablar de un pasado
y familias tristes.
La última sobra es
la que no vez venir contigo en cada paso
la que aparece en la claridad de tu espalda
y desaparece en la oscuridad de tus ojos.
La última sombra es
la que nos habla sin palabras
y nos desata del ego y los sufrimientos
en el ultimo verso de vida sin rima
que leemos y nos trae dudas.
Es la que escucha
cuando ya nadie nos escucha,
las que nos venera indiferente de tristeza
las que nos lleva enredado entre sus brazos.
Es la ultima que desconozco
y la primera que ha estado
detrás de nuestras vidas.

La muerte de Sisí.

Sisí nació para ser rey ruiseñor y padre de familia. Germinó  de una raíz campesina y olvidada, en la cual se hizo hombre joven cargando agua en el fuerte  de su lomo. Se durmió un día mientras seguía una estrella, y despertó  sentado en un banco de la ciudad.
Sisí no abandonó a su familia pero ésta si a él  cuando erró al decir los buenos días apenas comenzando la noche.
Sisí celebró su partida con regocijo dejando todo perdido, una semana después lloró su llegada al mundo del nunca jamás. Se vio sólo entre mucha gente y se hizo viejo cargando sus años como sacos de rocas en su lomo herido y sin fuerzas.  El hijo de Madan Inés, cantaba. Ya que no pudo aprenderse otra canción igual. En la ciudad perdida, se sintió artista mientras cantaba una y otra vez la misma canción, lo que sus compañeros de aposento le aplaudían y otros le odiaban al no poder dormir en paz en sus camas de cartones.
 Sisí llegó a ser rey de lo justo y se buscó la vida honradamente. Siempre estaba ahí cuando se le necesitaba y su única exigencia era una taza de café todas las mañanas para mantener despiertos sus ánimos.
Sisí fue padre de familia, al menos eso llegó a creer porque los sueños no fueron injustos con él, como la vida.
 Sisí siempre alimentó a los  perros que velaban sus sueños y a las palomas que le acompañaban en el parque donde dormía, con las míseras migajas que mendigaba de los botes de basura.
El hijo de Madan Inés, cantaba. De día y de noche aun cuando el dolor en sus muelas molidas le destrozaban la lengua.
Sisí Sisí, como le gustaba ese nombre a Jacobo matos Perdomo. Odió tanto su verdadero nombre  como la apostasía de quienes lo juzgaron por su error. Odió tanto aquel paso traicionero de los años que lo llevaron a la muerte donde nadie más que él, lo conocía.
Murió Sisí  sin ser ruiseñor y el  silencio que no olvidó repetir la única canción que tenia escrita en sus labios. Nadie preguntó por su cuerpo  en la morgue  y quien lo preparó para  desecharlo en la fosa de fuego olvidó peinar su cabello a un lado de su frente como le gustaba; como solía hacerlo con sus manos rotas, el pobre de Sisí.

"Soñé que fui suspiro de libertad"

 



Le vi pasar velozmente, erguida en aquella paloma blanca y delgada, con esa cicatriz abierta en su pecho que no vacilaba en ningún momento
en darle la muerte lentamente al derramarse la ultima gota de sangre que manchaba su osado plumaje.
Vi brillar sus ojos y de su voz escuché sus gritos
resonantes y apabullados. y el -Soy libre... Mientras ignoraba que le deparaba la muerte más adelante.
Le vi pasar una y otras vez hasta que cruzó los 7 mares en un velero al igual que ella llamado como su deseo de libertad, ya cuando este naufragaba en el olvido. Estaba yo sentado en una de esas nube plagadas de sueños rotos; de esas que se dispersan para morir sola tratando de alcanzar el horizonte al caer la tarde.

Soñé que fui aquella nube solitaria, y lloví cuando el quebranto arropó el ultimo suspiro de aquella que expiró cuando el brillo fulguroso de sus ojos se fue apagando al no encontrar en el mar mediterráneo suficiente espacio para darse sepultura así misma. Quedando moribunda en los brazos de la muerte le acompañé en su infortunio y seguí lloviendo hasta que no quedó una gota de llanto en mi cuerpo volátil y ya desgastado de tanto llover y llover la muerte de aquella paloma llamada libertad. Cuando desperté me sentí impotente como si me hubiesen cortado las manos y pies, al ver como en manos de la injusticia yacía el cuerpo inmolado de aquella que fue sorprendida rompiendo sus cadenas y lanzando sus mortajas rotas al mar.  Mar que rescató su cuerpo pérfido, delgado y ya mutilado para darle sepultura en un rinconcito de su firmamento azul como Libertad hubiese querido su sepultura, A sabiendas que murió ya no siendo esclava y que la libertad le costó la vida.














Trotamundo sin pasión.

Trotamundos sin pasión. (Fragmento)

Dices que cansado estás de que tus pies se hundan en el abismo. De caminar de allá para acá, y de acá para allá, sin resultado alguno. Tantas cosas te han y faltan por suceder si no levantas la mirada, querido amigo. Y piensas que al volver a aquellos caminos cerrados, tal vez la pieza faltante, la que mengua tus posibilidades, estará allí escondida, en algún lugar olvidado. Pero siempre regresas con tus bolsillos rotos y manos vacías. Cubiertas de pequeños jirones de una vida que ya ha olvidado su providencia ante las miles de dudas que ha dejado es tiempo en sus pasos.

Dices que adolorido estás y, agarrándote el abdomen, tratas de aliviar con el tamaño injusto de silencio y el agua que no te he servida, el dolor que asfixia y muele tus vísceras. Que solo has probado el amargor del café que alguien habrá dejado olvidado en algún badén. Y sentado en el desván viendo como tu futuro anhelado naufraga cada día mas lejos de tu presente, vociferas cientos de infamias en el silencio prisionero entre tus dientes apretados y en cada rincón donde crees que no pueden ver tu infortunio. La apostasía de quienes te han dado una vida que no frecuenta más en sus mentes y álbumes familiares se remonta como jinete de rencor en tu lomo herido, amigo.

Errado de la vida estás, dicen. Ya cuando piensas que no te queda más nada que vivir. Y la pequeña porción de razón que te queda, es la misma que se pierde cuando quedas seducido ante la vida próspera de tu símil. Presto te consideras a cualquier cosa, que a sabiendas te saque de las rendijas de un mundo adaptado para perros callejeros. Lo que el hambre deja sin voluntad y te hurta tu más sensible sentido de ver las cosas.


Dices que cansado estás, y lo que haces desde que no estás bajo la cobija de tus padres es usar tus manos para rascarte la cabeza y diluirte lentamente con aquellas horas que pasas dormido bajo un lecho gélido, rígido y ajeno a tu necesidad.

Dices, Dicen y no dejo de decir. Que no eres más que un muerto que deambula de allá para acá, y de acá para allá, en la misma secuela que cada día se hace parte de tu pérfida historia.

Trotamundos sin pasión.

Posadero de sueños, desprendidos en otoño

Posadero de sueños, desprendidos en otoño


















De qué boca viajera ha caído tu semilla 
y qué manos cansadas te han sembrando,
para que permitas que pose mi morada
en tu rama flaca rebosante de pureza.

De qué estirpe centenaria germinas tú
y el fuerte de tus hombros empinados al sol
los que saturas de vidas y miradas de pájaros cantores
que velan los crepúsculos escapando por el horizonte.

¿Cuántas hojas has visto caer de ti y vestir los suelos de otoño?
Cuántos sueños al igual que yo 
se han desprendido de tus ramas diezmadas de olvido

Cuéntame árbol de olivo
cómo has podido ver caer tantas tardes en el horizonte
y no errar sus nombres en el nuevo amanecer 
que te sorprende contando estrellas.

Qué sientes al saber que eres el posadero de sueños
para las miles de golondrinas viajeras
y ésta hoja que con aire de poeta
se desprende de tus brazos ya débiles y menguados
y fertiliza  con letra vuestra misma tierra.

la fantasía de Manolo.



Manolo se olvida de soñar
cuando se sienta a ver el Sol dormir en su rostro,
 y como se escapa hacia el horizonte mientras
 lo espía sentado en el desván.
Jura ver a Dios y habla con él todos los días
 en 6 idiomas que solo él entiende que sólo él confiesa.

Manolo reza y reza
mientras hunde sus huellas en la misma fantasía.
Y habla del pecado, del arrepentimiento mientras
se toma  todos los fondos  que encuentra en las botellas
y se fuma ya re-fumado el humo del tabaco concebido. 
Manolo ríe inoportunamente cuando todos lloran;
Manolo llora cuando no tiene más cicatrices en su pecho que contar.

Manolo no está loco,
al menos eso piensan las moscas
y los perros que le siguen. 
Manolo dice  -... ¡Coño Maldito el mundo que está loco!
Mientras sale a correr desnudo bajo la lluvia.

Mi Amigo Memo.


Memo, es amigo de la soledad
de la muerte y sus enemigos.
Amigo del temor y la distancia,
del silencio, del frío y el estío.
Ríe todo el tiempo
y anda de acá para allá como polizonte
en las colas de los camiones que pasan por su frente.

Cuando Memo se pierde y olvida su nombre
se encuentra a sí mismo siguiendo la sombra que le sigue
y muestra su dentellada Alma.

Memo, no sabe cuantos años tiene
pero si cuantos les quedan
en la vida  que guarda en silencio.

Se ríe contigo mientras caminan
pero si no ríes con él
vocifera de una a mil infamias
a tu madre que no conoce.

Memo, cuando está solo 
solo es, cuando es su mejor amigo.
Y más cuando se encuentra frente al espejo;
se ríen juntos, lloran juntos...
se entienden.

Morir-viviendo"









Tuve que romperme las rodillas tantas veces, en el hincado
y así aprender que el camino no es tan difícil 
si nos levantamos a pesar de las heridas.
La boca hasta quedar sin dientes
para hablar sin miedo y sonreír después
con los labios rotos.
Las muñecas, los codos y el cuello
y alabar al menos la vida
que germina de mis andanzas
y florece de mis valores plácidos.

Tuve que romperme tantas veces
los ojos, los pies y el abdomen
para ver la realidad, caminar el destino
que he fraguado curvado,
 deshacerme del hambre
y llorar los valores que se han muerto.
La nariz, los oídos y las ilusiones
para respirar de la vida alguna esperanza,
escuchar alguna verdad
y dar muerte a los suspiros.


Tuve que romperme  el alma, 
el corazón acincelado  y la conciencia tantas veces
y así aprender a querer
a pesar de tanto rencor oculto,
a pesar de morir-viviendo.

Anhelos Compartidos (Musa Boba)























Acuérdate de mi al despertar
como yo de ti antes de dormir,
y si sientes al suspirar
que el tibio aire de la madrugada
acaricia tu rostro y besa tus labios,
duerme, sueña y piensa en mi
como yo en ti en las mañanas .
Cuando sueño ser el centinela
insomne de tus noches.
y en las mañanas
aquel aire tibio que se cuela por tu ventana
y roza tu piel y besa tus labios.

Acuérdate de mi al despertar
como yo de ti antes de dormir,
y así como he de soñarte en esta soledad
seguir siendo el fantasma
que se posa en los rincones de tus ojos
y verte sonreír cuando te miras en el espejo
que secuestra tu mirada triste
en aquellas noches en que te duermes
mirando las estrellas y la luna
que tanto he de mirar cuando tu ausencia
se retuerce entre la sabana
de mi lecho frío.

Acuérdate de mi al despertar
como yo de ti antes de dormir,
y déjame ser quien
seque el llanto de tu rostro dormido
y hacer contigo en el lecho idealizado
de nuestros anhelos compartidos
mañana en la mañana
la realidad que tanto hemos soñados,
la que tanto en sueños hemos vivido.