# 1. La dolencia que recorren mi patria















¡Oh tierra mia!,  tal vez en ti
 labro inciertamente  mi porvenir.
A ver caer en tu vejez la juventud
de aquellos rostros desmesurados
que recorren tus calles de esquina a esquina.

Juventud y niñez; niñez sin juventud
que venden su sonrisa
y una que otra mentira que corroe en sus bolsillos
las monedas de papel
que no curan  las yagas ulceradas en sus vientres
y  el des-porvenir que labran con sus manos
 ya débiles y menguadas.

Déjame venderte mi sonrisa, claman con los ojos.
Para que la mísera paga que labran en las conciencias
sea el bienestar de lo sufrido,
de lo vivido, y lo soñado.

Yo , que a distancia les venero
y no dejo de pensar en ellos
al sentirme sumergido en su piel plegada de tardes negras
y  en su caminar de noches largas.

Es la dolencia de sus desventuras,
que me condenan al hastío, y a las cicatrices
que de punta a punta erigen en sus sonrisas.
 a fuerza de no gemir, de alegria y de Dios.

Déjame lustrar tus pies niño desventurado.
Y ver en ellos la condena que cicatrizas en tu rostro
que anheladamente mira la blancura de mis codos y rodillas.

Déjame cubrir tus heridas con el telar
de lo que fue  mi inocencia,
y con lo poco de mi buenaventura
envolver tus pies descalzos.

Perdido en el camino incorrecto.





"La imperfección es parte del hombre y de todo ser humano que se ha de creer perfecto"


Esto comprendí cuando me torné indispuesto en seguir en aquellos caminos baldíos detrás de ti.


 Había una vez un pajarillo perdido ... ¡Mentira!
En realidad  yo  soy  el que estoy perdido, y busco las vías que me indiquen el camino para llegar a ti.
 Si al menos hubieses imaginado que haría todo por encontrar eso que ando buscando en mi largo trayecto detrás del tuyo, no te hubieses puesto tan difícil y desaparecer al ultimo momento cuando pensé encontrarte.
Solo  quería tropezarme contigo para decirte tantas cosas,  pero como no se puso aun te busco  y hago lo imposible para encontrarte.
Qué piensas que daría por al menos tener la certeza de que te busco por el camino correcto.
 Qué caballero que  daría su escudo y su armadura por encontrar la victoria en guerras perdidas. O el  esclavo  ¿Qué daría por su libertad? Rompería sus riendas que lo tiene condenado a su servidumbre. Su pudiera daría su honor hasta su vida por tan sólo probar el dulce sabor de la libertad.
Y el indigente que no tiene nada ¿Qué daría?  Si solamente lo acompañan  lo que resta de su vida
y sus miles de ilusiones, sueños rotos, dolores y  desgracias. Sé que ha de ofrecer el cielo y estrellas que no posee, ya que de todo lo poquito que tiene al menos conserva valor en esta tierra  y depende de la limosna  de los demás.
Tengo por entendido que  no existe perfección , aunque haya personas que darían todo por ser felices en la vida aunque carezcan  de otras cosas.
No se que llegará a pasar o cuál seria mi primera reacción si te encuentro en este camino perdido,
 que detrás de ti busco una felicidad que siempre quise  y encontrar en ella un amor que solamente he soñado.
Te digo la verdad, tengo instinto de ser mediocre  e ignorante, y me cuentas comprender  el porqué estos  obstáculos( El miedo, tu familia, la pobreza, la distancia , la comunicación  estable que no tuvimos) en el camino con lo que  he estado  tropezando me han desviado lentamente de tus pasos que desde que salí detrás de ti  ya no son tan precisos. sólo quería ser feliz a tu lado y ese recuerdo hace inmunda mi alma  al recordarme  en cada caída lo difícil  que es tratar de ser feliz en la vida.
Mi  gran anhelo fue estar contigo siempre, pero se me agotaron los recursos de los cuales dependía para mantener firme lo que sentía, y lo que aún me queda con esos apenas puedo conciliar el sueño, comer, tratar  de vivir aunque no tenga sentido está vida. lo poco que queda depende del abastecimiento de la autoestima que emergió con el deseo de estar a tu lado, a pesar de los quebrados obstáculos que el destino reservó para nosotros. Lo poco de cordura que me queda  ha sido abatido con frecuencia por diversos acontecimientos sentimentales que me han estado estorbando en el camino que he estado siguiendo sin rumbo, ya perdido....
Si supieras, cuan  vagabundo interiormente me he convertido. 
<< Solo es mi dolor >>. Lo que merezco por andar  soñando despierto  y no  pensar  que al despertar  solo eras un sueño. La soledad siempre me trae tu silueta y la empalma de la mía cuando menos te recuerdo para hacerme sufrir en aquellos días nublados.
Me a costado soñarte  para vivir, y difícil ha sido cuando creo perder las esperanzas de encontrarte en aquellos caminos  idealizados  en los que ando  perdido, la soledad es la única compañía que me queda al despertar, desde que descubrí que el camino que seguía detrás de ti  no era el correcto...



Data:04-02-2007 . Segunda edición 07-08-2009.  Ultima edición: 03-09-2011

Catarsis del desencuentro






Entre el cavilar y el desvelo que segaba mis noches, entraste en mí secando con tus manos las últimas gotas de rocío que mis ojos ya cansados y saciados de poblar mis mejillas estaban mojando.

Me hiciste creer en el amor, me hiciste creer y nada más. A pesar de que zumbó en mi ventana de principio a fin del mes, cuando se ausentaba la primavera en la piel de otoño que cubría entonces los huesos de este cuerpo frágil y delgado.

Deshiciste mis dudas, todas. Y con tus manos ligeras de plumas en el viento ataste mi pudor a tu puerto para que no navegase más al naufragio ponderado y concebido de aquella libertad errada de la que me liberaste.

Tejiste mis heridas con el poco de esperanza que colgaba en tus cabellos, llenando consigo a mis bolsillos de fortaleza, y ensimismando a mis hombros ya caídos.

Hiciste de mí un dios en el alta de tus deseos; en el frenesí del lecho que amparó nuestros cuerpos diste muerte clara de mí y la inocencia que esperaba por ti. Me bastó tan sólo tocarte eternamente para no dejar de sentirte, de quererte y amarte más todavía. Porque quererte se hizo vida en mi idilio. Porque amarte era parte de mí como el caudal de donde fluía mi sangre y estos versos que propago sobre el papel mojado.

Un encuentro sigiloso en mis defectos desmedraron bajo la manta gris y triste que atormentan hoy mis noches el azul de tus ojos, el carmín de tus labios y el cálido respiro que asentabas en mis hombros tristemente, inconsolable por tu partida en silencio.

Aquí sin ti muero de frío, de largas noches de inviernos, plagados de un itinerante silencio que bate alas desde el sillón donde te recuerdo sentada hasta la puerta por donde te desvaneces al despertar el día, y despierto a esta ardua realidad que me condena al casto amor que te había jurado eternamente.

Tanto había olvidado... La soledad entro triunfante nuevamente como jamás había temido; Escalofriante y porfiada, haciéndose presente como en aquellas noches en las que hiciste ha un lado el invierno que hoy arropa entre sus sábanas de frío incierto este cuerpo inerte y pasmado de delirios.

En la ausencia, en la triste y eminente ausencia de tu amor y la ávida sed de tus besos, condené eventualmente el pensamiento inesperado de tu fugaz y intrépida ausencia, antes de perdonar el exilio de tu recuerdo y asimilar con decoro medido y justo el raudal de incertidumbre que ibas dejando entre las lágrimas que se esparcian por el suelo mientras alzabas el vuelo hacia otro horizonte donde mis ojos ya no podrían verte y mis manos débiles y menguadas podían tocarte.

Cabe decir que aun respeto mi amor por ti, como la muerte respeta tal vez mi deseo por ella y estos versos clandestinos que desde aquel entonces de tu partida flotan por el mar del olvido hasta tus costas. En este ahora, en cada mañana en que despierto sumergido en la fantasía que forma entre sueños rotos tu vive imagen lloro. Lloro sobre la almohada donde no puedo atar para que no naufrague nuevamente el más exorbitante recuerdo que tuyo hiciste mio.

Y es aquí... es aquí la ausencia, la ausencia nuestra, el mar, los barcos de papel, los versos, lo vivido tus besos, mi candor, en la catarsis del desencuentro que no pensamos tener; el punto exacto de tu partida. El punto exacto de mi llegada y de mi muerte. En la espera de tu espera, de tu amor o de tu olvido.

O aquella que no tarda en llegar navegando lentamente en el viento con sus vestigios serenos, su ropaje y su hoz firmada con mi nombre o con el tuyo de encomienda ante mi perenne espera.


Alzheimer

















Cómo  no he de notar tu ausencia si no estás,
Cuando la casa está minada de tu rostro, de tu sonrisa
y la felicidad inerte que ya no hace vibrar mis manos.
No recuerdo si te fuiste
mucho menos si llegaste y fuiste aquella que me daba su sonrisa.
Y si estabas, me duele al no encontrarte más
que una foto que llevo guardada en la billetera.

Aunque no te reconozco para nada
se abruman mis ojos al ver tú sonrisa.
 que ya no está presente
para hacerme recordar al menos tu nombre.

Aunque de vez en cuando lloro de la rabia
porque no recuerdo ni el mio
cuando el vecino me saluda y  al traerme nuevamente
aquellas cartas que no  ha recibo nadie.

Tu olor se ha extinguido de los rincones de la casa
como se ha extinguido el de aquella flor marchita
Que sucumbe  sobre la mesa.

Simplemente olvidé el detalle parpado
del que no estabas porque habías muerto.

Aquí en mi universo de ilusiones y sueños rotos.
simplemente olvidé  que te amé
como así he olvidado el por qué, y a quién
le sigo escribiendo "te amo" en el espejo
 roto que no refleja  ya mi rostros.
.