La luna Ausente



Pareciera que te arrastras todos los misterios
de la noche entre los ojos.
Delirante la Saeta se posa ante tus pies
diáfanos sobre la hierba mojada,
y en cada hebra de cabello que reposa
en tu tan lejano horizonte.
Sublime se tejen los sueños de las ninfas del holocausto
y de estas horas condenadas a ver pasar la noche
sin ti a cuestas.


¡Ay de aquellas noches que no te pensara
y me indignara a verte pasar por mi ventana
ahuyenta de los rayos del día!
Era entonces la neblina poseedora de luciérnagas insatisfechas
la que negaba a mis pies de sus pasos,
y a mis ojos del destino abstracto en tu ausencia.


Pareciera que traes contigo todos los caminos recorridos,
y los no recorridos de otros necesitados
del instante único e insomne de tu mirada.
Y los confundes astutamente con los que no recorreré
a falta de unos pasos irreverentes
y de una estrella que me guíe
claramente por los caminos sombríos.
Es difícil, es dura como la imagen inmóvil de un álbol caído
sobre el terreno yermo, la noche sin ti.
Es difícil que se proclamen los noctámbulos en tu ausencia.
En la que se inquieta la marea
que devora la costa roca a roca.
En la que calla el aullido del lobo aguerrido
y todas esas cosas vivientes
como el grillo que obra para sí mismo
sobre tus pasos plantados en la tierra fría.


Pareciera sin tanto parecer que te vence el día nuevamente
y te quedas dormida en mi costado
cubierto de hojas mustias.
Dormida en el hastío
que te arrastra con el viento gélido de la madrugada.


Mas el atardecer de hoy
no trae nuevamente esperanza de tu regreso
y vence en mí, y en mis pasos anticipados,
la neblina que recae sobre el respiro del mundo
sin ti asomada en la ventana
sin ti nadando en mis pupilas.
Sin ti haciendo sombra a la muerte.


I

mas allá me espera el descanso eterno de todo los días.

La noche invita entre ventanas a la luna

esta pasa, y entra como el frío en mi alcoba

e invade todos los rincones con su rito de vaiven
y marcha al ver el Sol en su vuelta y persigue la oscuridad

como si alguien en el más allá

la esperara descubierta y sin brillo.

II

La mañana se levanta en sus cantadas

tras el osado plumaje que encrespa su garganta, y al cielo canta.

Estrepitosamente canta su sonata al tiempo


que pasa sin lamentos, sin llanto y con prisa.

III

El reloj marca la hora pactada,

me levanto de ultratumba y sigo mis pasos

sobre el mundo que se derrumba en su mentira.

Y voy siendo feliz, tristemente feliz y sin rumbo.

al ocaso del fiel atardecer que me espera

incitando a la muerte que canta en soledad.
"Frente a los años"
Si nos llega la noche amor,
toma mi mano y ven a soñar conmigo.
Que tal vez mañana al despertar
el día lleve consigo la lucidez de nuestros rostros
y al mirarnos al espejo
ya no seamos nosotros quieres se reflejen.
En El Viento

En tu vejez padre, bailé los Sones de mi inocencia.
Caminé y me hundí sobre tus huellas
aun más grandes que las mías.
Fueron estos mis pasos como un perro travieso
detrás de tus pasos.
Descansé en tu regazo, y lloré innumerablemente
tantas veces en tus hombros caídos de esfuerzo.
Hoy, hundo tus huellas aun más
en la tierra donde hiciste camino.
(La cual labro con pasos insomnes)
¡Bailo padre!
Bailo aun aquel Son que fraguaste en un silbido.
Descanso en tu recuerdo, descanso...
Y lloro tu ausencia al viento que te trae consigo
y me lleva contigo lentamente,
lentamente en un abrazo de almas distantes.

Tu Imagen

"Tu Imagen"


Nunca imaginé que llevara en mi sed tu boca.
Signo hipocondríaco de que si no te bebo a besos
esta sed insaciable trataría sorbo a sorbo
de consumirme íntimamente.
La noche, inexperta en fin
nunca falta para incorporarse en mi tristeza
con su ojo de plata y aquel vestido gris
colmado de estrellas.
/La noche sobra cuando no estás
Y de vez en cuando también
me delata el día con su triste amanecer/
Quejumbrosa es la noche en la que tu ausencia
se respalda de la inútil imagen que guarda tu silencio.
No dice palabra;
inepta, no dice palabra,
mas le habla a todo el espacio en que no estás
y da sed a esta boca
que no deja de mencionar tu nombre, mujer.
" Fábula del pesaroso"

Cuando llegue el día de mi júbilo ya estaré muy viejo para enamorarme a primera vista.
Me basto siquiera de un bastón para enmendar la espera consumida.
Pasa que cuando niño era muy joven para el amor,y de adolescente era demasiado distraído para esas cosas.
Ahora que siento cabeza en el andén pasa el amor aventurado por mi vera.
A veces a pasos insomne o como veleta, y otras veces ajeno, abrazado a su pareja camino al precipicio.
Al pasar los autos con sus luces penetrantes pasa el amor fugazmente consigo y se siembra en mis ojos miopes de tristezas; que aun distraído en recuerdos precoces e infantiles se pregunta:
-¿Cómo es qué el amor tan joven e insurgente se pasea sobre mi semblante entumecido, mustio y árido con tanta proeza?
Así como si ha primera vista me esperara sentada en otro andén desabrigando un paraguas ante la desquiciada lluvia que no deja de caer sobre mis zapatos.
"Invasión"

Al dormir, puedo escuchar la lluvia
caer como clavos sobre mi tejado delgado
de hierro fundido.
Al viento empalmarse sobre el seto rústico
de madera que cubre mi existencia
dormida al mundo.

Al despertar, el imponente sol
ya ha atravesado la ventana golpeada por el tiempo,
y ha secado por entre sus grietas
el llanto existente de esta vil pobreza.
"Otra llovizna, y nada más"



Chantal, tú no eres tan imponente

como dicen las ráfagas de viento que te rodean.
De pasar, pasar lo tienes descrito
en tu ojo solitario de melancolía;
Que lleva tu cuerpo insomne
al páramo infalible del descanso eterno.
Una borrasca de ira te alimenta
tras el paso indomable
por el cálido Caribe de tu desventura.
Una llovizna tibia
que sorbo a sorbo engorda las presas
mas no delata la esperanza del pueblo
que está atento a tu paso
por el sueño indestructible
que erigió esta patria bendita.
Instante


Nos dijimos "Hola", y fue para toda la vida.
Porque si hubiese surgido un adiós inesperado
toda la vida hubiese sido hasta aquel día.


"El sonriente" (Micro-cuento)



Era más feo que la oscuridad, y más flaco que el hambre.
Y aun así caminaba por las calles de la ciudad, arrastrando su alegría.


"Bolerito"








Quisiera vivirte, amanecerte
morirte y amarte eternamente.
Ante todo aquello, conocerte
despertar
dejar de sólo soñarte.

Desprendimiento




Así, como la nube gris sobre el firmamento se incorpora
bajo mis pestañas una borrasca de tristeza se asemeja.
La llovizna es el llanto divino del tiempo
sobre el páramo yermo del hastío.
Y así como aquella llovizna es mi llanto,
un centenal de estrellas que se desploma y gravita
sobre la huella que se incorpora en el pavimento árido,
rústico y sin alma.
El mar abarca todo el deseo del hombre
ensimismado en su proeza.
El barco a la deriva lleva a su lejano oriente
el rostro desmesurado por el sueño incumplido,
el salitre y el llanto extinto de la inepta soledad.
La verdad, es que del mar no tengo dudas.
Es tan profundo como éste abismo oriundo
que oscurece íntimamente mis ojos.
Y que todo aquel espacio que no respiro
a falta de ganas,
y una mujer que me desarme a su antojo
e involucre en mis partes legitimas
la pieza palpable e irritable de tabúes.
Cómo dudar ante tan frívolo mar,
inquietante y a su vez sereno en mi desventura.
Ahora que frente a su inmensidad y lejanía
despido el más vil recuerdo mio del pasado.
Y todo aquel dolor que se desprende de mis pupilas
y terminan agrietando su orilla fusilante
e inquebrantable por las olas.