Mujer de la Sierra

¡Oh mujer que naces entre matojos del olvido
y con triste gemido de niño
dejas tu esencia por donde pasas!
¿Por qué tu rostro acongojado me ha llamado al destierro?
Tú, mujer ciguapeña, bella y arisca,
de  piel velluda  y pies extraños.
¿Por qué Me miras triste y con deseos de amar me hechizas,
mujer extraña de tierra inmaculada, fresca y lejana?
Tú, que vistes el cuerpo desnudo con el pelo largo
suave y lustroso que nace de tus entrañas
y se desborda de tus pensamientos.

¿Por qué la indecisión de haberme amado
si al final me dejas en los brazos depravados
de la muerte que nadie espera?
Yo, que he saciado tu antojo
el deseo carnal que agobió eternamente tu ser
mujer de corazón salvaje y sueños perdidos.
Ahora vociferas mi muerte a ver mi cuerpo allí tendido
en tu lecho de hojas secas
                                 en tus pechos malheridos.