Trotamundo sin pasión.

Trotamundos sin pasión. (Fragmento)

Dices que cansado estás de que tus pies se hundan en el abismo. De caminar de allá para acá, y de acá para allá, sin resultado alguno. Tantas cosas te han y faltan por suceder si no levantas la mirada, querido amigo. Y piensas que al volver a aquellos caminos cerrados, tal vez la pieza faltante, la que mengua tus posibilidades, estará allí escondida, en algún lugar olvidado. Pero siempre regresas con tus bolsillos rotos y manos vacías. Cubiertas de pequeños jirones de una vida que ya ha olvidado su providencia ante las miles de dudas que ha dejado es tiempo en sus pasos.

Dices que adolorido estás y, agarrándote el abdomen, tratas de aliviar con el tamaño injusto de silencio y el agua que no te he servida, el dolor que asfixia y muele tus vísceras. Que solo has probado el amargor del café que alguien habrá dejado olvidado en algún badén. Y sentado en el desván viendo como tu futuro anhelado naufraga cada día mas lejos de tu presente, vociferas cientos de infamias en el silencio prisionero entre tus dientes apretados y en cada rincón donde crees que no pueden ver tu infortunio. La apostasía de quienes te han dado una vida que no frecuenta más en sus mentes y álbumes familiares se remonta como jinete de rencor en tu lomo herido, amigo.

Errado de la vida estás, dicen. Ya cuando piensas que no te queda más nada que vivir. Y la pequeña porción de razón que te queda, es la misma que se pierde cuando quedas seducido ante la vida próspera de tu símil. Presto te consideras a cualquier cosa, que a sabiendas te saque de las rendijas de un mundo adaptado para perros callejeros. Lo que el hambre deja sin voluntad y te hurta tu más sensible sentido de ver las cosas.


Dices que cansado estás, y lo que haces desde que no estás bajo la cobija de tus padres es usar tus manos para rascarte la cabeza y diluirte lentamente con aquellas horas que pasas dormido bajo un lecho gélido, rígido y ajeno a tu necesidad.

Dices, Dicen y no dejo de decir. Que no eres más que un muerto que deambula de allá para acá, y de acá para allá, en la misma secuela que cada día se hace parte de tu pérfida historia.

Trotamundos sin pasión.

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