Ecos del reflejo

Suelo sentarme algunas tardes
a escuchar música en idiomas que apenas comprendo.
Me relaja vanamente la idea de no saber
que patrañas del mundo dicen esas canciones.

«No soy de corromper la tranquilidad de la materia en la que habito.
Por andar balbuceando las palabras de un idioma individualista
en el cual no he nacido a saber»

Pero la verdad es que me preocupan otras cosas...
aquellas tardes en las que me siento frente al espejo
y hablo profundamente en mi idioma nativo.
Practico el buen uso de sus gestos, naturalmente.
Me escucho agudamente masticando palabras
que mis ancestros tardaron en colgar
con tal promiscuidad en el vocablo
que se apodera de mi boca.
Mas no comprendo que le pasa legítimamente al del espejo.
Que habla igual que yo con tal silencio.
Sonríe igual con tal mirada;
el gesto mismo que perfecto parece decir adiós
al que llorando se aleja
recodo a recodo de entre el espejo
con la sonrisa profanada en los labios..

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