A mitad del suelo y el sofa.


Ayer encamine mis pensamientos


por las calles enmasilladas del tiempo.
« El tiempo cura las heridas» Hay quienes dicen.
Ayer era simplemente el Viernes de siempre.

Adentelle suavemente aquellos caminos del tedio,
Los sobrepuse...
me encontré placidamente dormido
frente a la ventana que no daba a ninguna parte
en el silencio petrificado en su semblante.

Desde el jueves, nacía aquella imposicion incurable
ante aquel espacio prismático
que daba igual abierto que cerrado.
¡Que promicuidad de ingenio
se adhería a mi aburrimiento!

Era viernes entonces. No podía admitir otro día para inicial el jubilo de la semana.
Me pesaban las pupilas emancipadas de otredades, frente aquel espacio absurdo por el cual iban volando los inicuos pensamientos del Jueves sempiterno. Rumbo al tanatorio donde eran cremados aquellos pesados recuerdos que arrastraba del Lunes, el Martes y el Miércoles.
En los cuales malheridos fueron naciendo este Sábado y el Domingo que pronto espera... Y dan descanso a mi sitibundo cansancio.

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