En El Viento

En tu vejez padre, bailé los Sones de mi inocencia.
Caminé y me hundí sobre tus huellas
aun más grandes que las mías.
Fueron estos mis pasos como un perro travieso
detrás de tus pasos.
Descansé en tu regazo, y lloré innumerablemente
tantas veces en tus hombros caídos de esfuerzo.
Hoy, hundo tus huellas aun más
en la tierra donde hiciste camino.
(La cual labro con pasos insomnes)
¡Bailo padre!
Bailo aun aquel Son que fraguaste en un silbido.
Descanso en tu recuerdo, descanso...
Y lloro tu ausencia al viento que te trae consigo
y me lleva contigo lentamente,
lentamente en un abrazo de almas distantes.

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