"A tu muerte"


Quién iba a prever que aquel silencio inoportuno
sepultaría tu sonrisa.
Temprano a tus cuarentas y tantos
un ser alado en tinieblas atravesó la puerta
y nos dejó en llanto.
¡Qué mañana más fría aquella!
¡qué noticia tan cruda!
¡qué dolor inaguantable ha quedado!
De tan inesperable visita, Padre.

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