los rayos del Sol que se asoma en la ventana.
levanta mi espíritu, mi ser inconsciente
al soñar contigo.
En tus brazos incoherentes, la realidad
ahoga cada noche la frigidez del alma mía
con el calor volcánico que expulsa
tu cuerpo estupefacto y desnudo de éste otoño triste.
con el calor volcánico que expulsa
tu cuerpo estupefacto y desnudo de éste otoño triste.
Me basta solamente con el roce de tus labios
idealizado en el aire para acomodar estos deseos míos.
Me basta, solamente que me mires o me pienses
de una manera u otra para soñar contigo. (aunque allí no exista).
Me basta, solamente que me mires o me pienses
de una manera u otra para soñar contigo. (aunque allí no exista).
Qué daría de manos abiertas,
por contar todo aquello que he percibido
por contar todo aquello que he percibido
en sueños.
Qué más dar sino tengo nada que ofrecer
y me regocijo en los instantes que tengo para sentirte
al venir con el viento.
A pesar que eres la realidad de otra boca,
otros ojos, de otros brazos, aun hay tiempo;
La esperanza es larga todavía.
Al despertar, los rayos del sol
disipan rápidamente tu imagen que pregunta
Qué más dar sino tengo nada que ofrecer
y me regocijo en los instantes que tengo para sentirte
al venir con el viento.
A pesar que eres la realidad de otra boca,
otros ojos, de otros brazos, aun hay tiempo;
La esperanza es larga todavía.
Al despertar, los rayos del sol
disipan rápidamente tu imagen que pregunta
dónde te haré realidad.
y le contesto a tu silueta desmembrada por el viento:
-¡No se!... cuando deje de soñarte.
-¡No se!... cuando deje de soñarte.